Después de la revelación de calciomercato.com en el fatídico “Clave Moggi”, el artículo del director de Padovan y las consideraciones de Sabatini, hay que hacerse al menos dos preguntas. Pero primero necesitamos una observación preliminar: nadie cuestiona la veracidad de las grabaciones que están en “clave”.
Son impactantes. No tiene sentido repetir el contenido de los pasos, pero, en resumen, resulta: FIGC y CONI están vinculados con Milan y Roma contra la Juve. El entonces presidente del CONI, Petrucci, insistió en que “los que ganan demasiado en su deporte no hacen bien a su propio deporte” (como si dijera: no puede haber padrino) y cambió, durante el campeonato, las reglas en. ciudadanos no pertenecientes a la UE a favor de Roma; el entonces presidente de la FIGC, Carraro, tuvo cuidado de no ceder a la Juventus y proteger al Milan; El árbitro De Santis siguió recibiendo honores Meani (Milán) por haber realizado amonestaciones contra la Juventus. También podemos agregar que Facchetti le pidió al designador de Bérgamo que dejara ganar al Inter. Pero son sobre todo las conclusiones, en 2021 de Gian Domenico Lepore, fiscal jefe de Nápoles, las que nos hacen preguntarnos: “Si avanzamos, parecerá que todos los grandes equipos están involucrados, incluido el Inter. Incluso Napoli no lo hará”. Se salvó, todo el fútbol italiano se dañó. Nunca hablé de la ‘cúpula’, porque la Juve no es la única investigada”.
Entonces la pregunta: ¿por qué, si “todo el fútbol italiano está roto” por qué no progresan? ¿Dónde está la institución del fútbol, dónde está la justicia común? Y, la segunda pregunta: ¿todo vuelve a ser nuevo porque, realmente, los sitios periodísticos y las emisiones de televisión copian contenidos de hace casi 20 años?
Muchos dicen que estas cosas son conocidas, ultra conocidas. Bueno y otra vez: entonces, ¿por qué no debería la intervención?
¿Será porque todo está en peligro de desmoronarse, por lo que se busca y encuentra el chivo expiatorio? Como enseñan la sociología y la antropología, el chivo expiatorio, desde la primera organización tribal, cumple una importante función: al castigar a uno, el otro se libera, el grupo se une y se fortalece.
O somos como el Ministro de Deportes Abodi, que parece estar viviendo en otra dimensión.: él – sostiene – “no sabe nada” sobre el famoso pendrive, de lo contrario irá a la justicia, que, a su vez, puede no saber nada… Pero aquí estamos, de hecho, en otro mundo: en el del globo en el pais de las maravillas!